Crítica a “Los abismos” de Pilar Quintana por Camilo Ramírez Meza (ElhijodeLaertes)
*(Atención, la siguiente crítica se basa en la opinión subjetiva del autor y no busca agradar o complacer un público específico. Siempre se aconseja leer la obra antes de entrar en un debate frente a lo escrito a continuación) *
Crítica a “Los abismos” de Pilar Quintana por Camilo Ramírez Meza (ElhijodeLaertes)
“Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti”
-Friedrich Nietzsche
Confieso que he sido atrapado por el boom publicitario que se le ha dado a la obra durante este tiempo (principios del 2021) y he adquirido el libro apenas pudo ser publicado. También he tratado de quedarme al margen de los posibles comentarios, reseñas y opiniones en las redes sociales de las personas que han devorado la novela en tiempo récord, porque he querido tener una interpretación más limpia de la obra.
Entonces una vez adquirida la novela empecé a leerla con calma y en una semana espaciada y dedicándole mis momentos de ocio, la terminé en la mañana del 8 de abril de 2021. Sentí el impulso de empezar a escribir mientras tenía frescas algunas ideas y sensaciones que el libro despertó en mi y que pienso plasmar en este escrito.
No me sorprende que Pilar Quintana haya abordado de nuevo
el tema de la maternidad en la obra, pues ya habíamos visto una perspectiva muy
visceral en La Perra, sin embargo, en Los abismos, este tema
viene entretejido en una especie de saga familiar, donde podrían repetirse
ciertos aspectos que afectan a sus protagonistas femeninas.
Considero que no es gratis que madre e hija tengan el mismo nombre y se llamen
una a la otra “tocaya” cuando están de buen humor. Desde mi
interpretación veo una prolongación de los anhelos de Claudia (mamá) y de sus
propias frustraciones, pues muchas veces la vemos contar historias que intentan
liberar y cohibir a su hija al mismo tiempo, haciéndola pensar y sentir su rol
de mujer desde el deber ser y desde lo que ella realmente desea en el interior.
El trauma de Claudia (mamá) se origina al lado de una madre ausente que huye de su propia responsabilidad, a través del alcohol, las amigas y el juego; así logra embolatar el tiempo y se libera de la carga de ser mamá. Ella cuenta la experiencia que golpea su amor propio y el amor que tal vez pudo tener por su progenitora. Aquí Pilar recrea un momento que muchos hijos han temido: la confirmación de que no son amados por sus padres. Que una madre, cuya figura en la cultura y la sociedad, denota protección y amor incondicional, diga abiertamente y en frente de su criatura, que si de ser por ella nunca la hubiera tenido; desarma un número significativo de engranajes dentro de la mente y el corazón de cualquier hijo. Entonces, desde allí podremos entender a Claudia sin justificarla.
Su matrimonio con Jorge es un accidente del destino, y se debe a la insistencia de él mismo; a pesar, del poco interés que Claudia le demuestra en sus primeros encuentros. Ella pone a consideración una posible unión con él y es motivada por su mamá que no ve la diferencia de edad como un impedimento, incluso sus amigas de canasta se derraman en prosa sobre las ventajas tan provechosas de tener un marido mucho mayor. Toda esta influencia y su pasado desafortunado con Patrick (que más adelante conoceremos), además de su gusto ya adquirido por los hombres mayores, hace que ella acepte y comparta las intenciones que tiene Jorge y de esta forma se consolide la trama.
La suma de la frustración de Claudia, de vivir en monotonía, de no compartir muchas pasiones con su marido, de no haber podido ser libre e independiente; se transforma en las posibles justificaciones que la llevan a empezar y mantener una relación furtiva con Gonzalo, quién llega a su vida de manera accidental y como el nuevo marido de Amalia, quién posiblemente al sentirse sola y poco deseada, ha decidido obedecer a sus impulsos, y tal vez sucumbir a la presión social que tienen las mujeres que terminan solas sin un hombre; que al paso del tiempo se convierten en las locas de la familia o las brujas del barrio.
Claudia (hija) está en medio de todos los conflictos adultos que trata de comprender desde su visión de ocho años de edad y su condición de hija única. La soledad que empieza a sentir, ya la han experimentado sus padres, quienes siempre se sintieron desprotegidos y poco comprendidos; y que además no tuvieron sueños propios y terminaron emulando la vida de sus antecesores. Esta situación, corre por debajo y le hace despertar el miedo a no querer parecerse a ninguno de ellos, ni a Jorge y su silencio junto al monstruo que emerge y que toma posesión de él; ni a su tocaya que se pierde en sí misma, en su dolor y en su tristeza.
Claudia (hija) recibe la pesada carga de ser hija única y estar sometida a las rutinas de sus padres, va y viene según sus caprichos y no tiene otros referentes más que los que le han dado sus familiares. Amalia y Gonzalo le obsequian a Paulina, una hermosa muñeca de tamaño real que se convierte en su amiga incondicional y en el medio que posibilita expresar sus más intimas emociones, dotando a la muñeca de vida, su vida interna, la de la propia Claudia que como no puede ser directa con sus sentires los termina trasladando a quién más cerca tiene.
La relación de Gonzalo y Claudia a mi parecer fue predecible, desde el momento en qué nos dicen que Amalia está con un hombre más joven, contemporáneo a Claudia supe que la llegada de este personaje no sería gratis. Lo que más rescató de esa interacción es ver cómo la inocencia de Claudia (hija) se empieza a agrietar por lo que puede experimentar en los encuentros con Gonzalo y en las ausencias de su madre.
Una de las escenas mejor logradas ocurre dentro del almacén Zas (creo que es una referencia a los almacenes Fas) donde la tensión se desarrolla en el posible descubrimiento del romance entre Gonzalo y Claudia que se encuentran ocultos en un vestidor y son los zapatos quienes son cuentan la acción. Claudia (hija) empieza a preguntarse si ella es importante para su mamá, quien la usa en ese caso, para poder estar con Gonzalo. La niña imagina perderse, o ser raptada y ve que a su mamá estos hechos la tienen sin cuidado. Claudia (hija) sabe qué sucede, su intuición se lo dice; pero no logra conectar los hechos hasta que es demasiado tarde. Y le va a costar más encuentros incómodos junto a Gonzalo para darse cuenta de lo que realmente pasa.
Mucho después en la historia, y luego de que casi descubrieran a los amantes en plena acción, Jorge aprovecchó un momento de soledad con su hija para cuestionarla. Ella ya sospecha y ruega que no llegue a dónde sabe todo el caos se desatará. Con sus escasos ocho años, ya es consciente del daño que su madre ha traído a su vida.
Aquí en lo personal pensé que podría pasar algún evento más desastroso y tuve que ponerle riendas a mi imaginación y tratar de seguirle el ritmo a Pilar, obligándome a visualizar la realidad de las familias en esos años, donde se sugiere que el esposo pueda responder a la ofensa de forma violenta hacia el amante o hacia su esposa; pero todo lo que sucede es muy sugerente. No nos dicen explícitamente qué pasa con Gonzalo, pero se hace alusión al “monstruo” que guarda Jorge dentro de sí, que nos hace pensar de que pudo matarlo o mandarlo a matar o de arruinarle la existencia de alguna otra manera.
Teniendo en cuenta, que también hay una amenaza para Claudia de “dejarla en la calle”, esto nunca sucede y con el tiempo vemos que Jorge cede a los caprichos de su esposa una vez más y le permite viajar a la casa en la montaña, tal vez pensando que ese lugar le pueda traer tranquilidad y sacarla de esa crisis de “rinitis” que enfrenta.
Pero, aquí quisiera resaltar que es la no acción la que lleva a la caída constante de Claudia y a cavilar y contemplar la idea de acabar con su vida, que es lo que todo el tiempo se sugiere en la obra, cuando se hace referencia a personajes femeninos famosos que se descuidaron o que no pudieron seguir viviendo una farsa y terminaron con sus vidas. Así que la tensión de la obra se centra en qué va a hacer Claudia (mamá) y si tal vez su deseo alimente la posibilidad de que Claudia (hija) termine realizando lo que su madre aún no se atreve. Aunque después nos damos cuenta que es Paulina la suicida.
Quisiera detenerme en otros aspectos antes de continuar con la parte final de la historia.
1. Las relaciones familiares y las semejanzas y diferencias que tienen los abuelos paternos y maternos; y cómo éstas inciden en sus hijos en la toma de decisiones y en la imposibilidad de sentir o vivir la vida desde otras perspectivas y de alguna forma perpetuar el legado inconsciente. Me hace cuestionarme bastante sobre la idea de destino y evoca en mí, conceptos tratados en la psicología transpersonal sobre las constelaciones familiares, pero este aspecto hace parte de mi propia interpretación.
2.
Pilar
centra su atención y preocupación en la infancia, al igual que en la maternidad
y el rol femenino, sobre todo en una sociedad como la nuestra dónde el hombre
ha tenido más derechos de expresión que la mujer, quien se ha visto criticada
por tener ideas propias. Sin embargo, en este caso quisiera centrarme en el
logro de retratar una infancia desde la visión infantil y cómo se va
desarrollando la voz de Claudia (hija) en toda la historia, que va desde una inocencia
conmovedora a una visión crítica sobre aquello que sus padres no aceptan de sí
mismos. Ella es el ser profundo en la trama, la que sufre realmente, la víctima
que queda atrapada en el fuego cruzado entre las balas y bombas disparadas por
sus padres.
No me sorprendería que la misma Pilar haya tomado aspectos de su propia
infancia para poder dar una muestra fiel y creíble a su personaje, sin hablar
solamente de los referentes a bebidas, dulces, lugares, vestidos, peinados y
juguetes de la época.
3. También he estado pensado en el simbolismo oculto de “las matas”, de la selva en la sala que a simple vista podría representar el abismo mismo que se contempla desde las habitaciones como un símil con el abismo donde cayó Rebeca O´Brian; o podría ser una analogía sutil presentada por Quintana, que nos hace evocar una nada de color verde que contiene un todo. No quiero sobre analizar el recurso, pero desde las costumbres de nuestras abuelas ha estado el coleccionar plantas, pienso que con la intención decorativa de ver todo menos inerte, sobre todo en la urbe o como la necesidad de recibir amor de un ser al que cuidan, pues ya sus hijos han crecido y no reciben el mismo estímulo que recibían por parte de ellos antes.
4. El suicidio en la obra como liberación y cese del sufrimiento autoimpuesto por cada uno de los personajes femeninos, no es gratuito. Pilar viene hilando estos sucesos que nos llevaron a esperar lo peor. En mi caso a estar atento a cuál Claudia se iba a suicidar primero y creo que la mente morbosa de cualquier lector acostumbrado a la tragedia diaria del país que habitamos, pudo de pronto adelantarse a este hecho no culminado en la obra. Si bien hay momentos próximos a la toma de la gran decisión, la escritora se abstiene de matar a sus dos personajes homónimos entre sí; y nos deja un poco perplejos, incluso hace que nos preguntemos: ¿Cómo va a seguir viviendo esta gente? Y me atrevería a afirmar que la intención de Pilar era ilustrar este hecho familiar en nuestro contexto; y mostrar el aguante de las parejas tradicionales y la búsqueda de escapes (trabajo, alcohol, amantes, pasatiempos, etc.) que terminan en la resignación de una vida dolorosa con pocas recompensas, y que en este caso, y a pesar de leer las realidades donde las suicidas dejaron a sus hijos, y tener un hecho cercano como el de Gloria Inés, Claudia es incapaz de tomar esta decisión y sigue tratando por lo menos hasta que la obra nos lo permite, de no quitarse la vida.
5. Jorge y su personalidad como reflejo de aquel que sufre en silencio, que aguanta tanto que a lo último estalla. ÉL representa esa figura paterna débil que no ha sido capaz de enfrentar sus propios miedos y traumas; y que termina escapando en el trabajo, para descuidar aquello que lo puede hacer mejor, su esposa y su hija.
Ya después de todo lo anterior, solo resta decirles a ustedes que han llegado hasta aquí que muchos detalles habrán quedado en el aire, y que en este escrito se me pudieron escapar. Así que les invito a escribir sus comentarios y apreciaciones sobre la obra de Pilar Quintana y mi propia crítica.
Por último, quisiera que se preguntara si:
¿La novela “Los abismos” era merecedora del premio Alfaguara 2021?
En mi opinión y desde mi precario conocimiento de la literatura, rescato la trama, el lenguaje narrativo, los referentes y subtemas que se van hilando en cada página. Mi único sin sabor va más con el final de la obra que en líneas anteriores pudieron interpretar, pues mi mente morbosa esperaba algo más contundente, más crudo, porque me dejé llevar por el despiste que tejió la escritora, y que tal vez era su intención la de hacernos pensar que todo esto terminara trágicamente como estamos acostumbrados y posiblemente, termine peor, sin sangre ni cuerpos; pero en un bucle sin salida, como una caída constante al vacío del que ya no somos conscientes de estar cayendo.
Un abrazo,
Camilo Ramírez Meza
12 de abril de 2021
Manizales - Caldas
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